26 de noviembre de 2015

EL MAS GRANDE LOGRO HUMANO QUE CAMBIÓ LA VISIÓN DEL MUNDO


     Celebramos cien años de la presentación de la Teoría de la Relatividad General, por Albert Einstein, en Berlín, en 1915. Paul Dirac (Premio Nobel de Física 1933), dijo: 
 “El descubrimiento más grande jamás hecho”. Años más tarde otro premio Nobel de física (1954), Max Born dijo: “El más grande logro del pensamiento humano sobre la naturaleza”. 
 
     Cada vez que me he movido, y han sido muchas, de un hogar a otro, de un país a otro, siempre he llevado conmigo un pequeño libro: La Relatividad, por Albert Einstein. Por años, de muy joven, luché para entender esta teoría. Un día encontré un libro titulado El A, B, C de la Relatividad por Bertrand Russell, pero como terminé más confundido que antes lo abandoné. Pensé que leer a Einstein sería imposible. Equivocado. Su libro presenta la explicación más simple que conozco. El mismo autor dice en el Prefacio, escrito en 1916, que la exposición es para aquellas personas que no dominan el aparato matemático de la física teórica.
 
    La presentación en la Academia Prusiana de Ciencias, en Berlín, de la Teoría de la Relatividad General, en 1915, continuaba un primer descubrimiento de 1905, y otro de 1907. Esta teoría, aun no comprendida del todo, cambió la visión cosmológica del universo en el cual aparentemente estamos inmersos. El ideal filosófico en que estuve imbuido desde muy joven era y es: buscar la verdad, pues según el precepto bíblico, “la verdad nos hará libres”. Por ello la curiosidad por saber qué verdades presentaba, ya que para mí, de acuerdo al viejo precepto védico, la verdad era una sola,  aunque puede tener muchas explicaciones.  

Desde el inicio el texto me desarmó. 
   
Lo primero que hace es desarticular el concepto de “verdadero” aplicado a la geometría clásica o euclidiana, la ciencia que mide con exactitud. Recuerda que una proposición era considerada verdadera si se podía deducir de axiomas, que fueran verdaderos. Pero nos dice que “la noción de verdadero no se aplica a enunciados de la geometría pura, porque el término “verdadero” designa siempre, en última instancia, la concordancia con un objeto “real”. (Muchas veces los estudiantes de metafísica nos olvidamos de este aspecto básico). Pero la geometría pura se refiere solamente a la relación lógica que guardan los conceptos entre sí. La geometría euclidiana, para la cual la distancia más corta entre dos puntos es la recta, y dos rectas paralelas nunca se cortan, es para superficies planas únicamente. Sobre una esfera las rectas en algún momento se cortan. Este me explicó porque la mente humana acostumbrada a pensar en términos dogmáticos de geometría plana, no podía pensar, aunque lo viera todos los días, que la tierra fuera redonda. Tuvieron que pasar casi dos milenios desde que Eratóstenes descubrió la esfericidad de la tierra, hasta el descubrimiento de América. 
   Más delante, el texto da el ejemplo del tren que avanza con un pasajero que deja caer una piedra sobre el terraplén. Para el pasajero la piedra describe una línea recta. Pero para un peatón sobre la vía del ferrocarril, verá que la piedra describe una parábola. La pregunta que propone es ¿la piedra al caer recorre realmente  lugares sobre una línea recta o sobre una parábola?  Dado que la piedra describe una línea recta desde el vagón, también se puede decir que con respecto a un sistema de coordenadas ligadas al vagón, como cuerpo de referencia, describe una línea recta. Pero desde el punto de vista de una persona situada sobre las vías, o un sistema de coordenadas ligada rígidamente al suelo, la piedra describe una parábola. 
   Con esta explicación se ve que no existe una trayectoria en sí, sino una trayectoria respecto a un cuerpo de referencia, o sistema de coordenadas. Esto hace comprender que no hay una verdad en sí, sino una verdad relativa a un cuerpo o plano de referencia. Por lo tanto no existe “La verdad”,  sino verdades relativas a sistemas de coordenadas. Cada individuo vive su realidad y esa es “su verdad” de acuerdo al punto de coordenadas en el cual está situado. Los individuos que se encuentran en el mismo plano de realidad pueden vivir la misma verdad, pero no con individuos en otros planos, con otras realidades. 
   El capítulo nueve me hizo abrir los ojos, como quien encuentra un tesoro y queda totalmente sorprendido por la belleza de lo que ve, o comprende. Trata sobre “Relatividad de la simultaneidad”. Con dos líneas, una indicando las vías de un tren y la otra al tren en movimiento, explica cómo dos acontecimientos simultáneos, la caída de dos rayos, para un individuo parado sobre las vías y otro sobre el tren verán los fogonazos en dos momentos distintos. Si colocamos un reloj en cada punta de la estación, al caer los rayos ambos relojes indicarán el mismo tiempo (hemos afirmado que son simultáneos), pero no es lo mismo para un individuo en el tren y otro parado en la estación. El individuo que avanza sobre el tren verá primero el fogonazo proveniente del final de la estación (hacía donde se mueve) y después el fogonazo del lado opuesto del que se aleja. Dice exactamente Einstein: 
Dos acontecimientos, que son simultáneos con respecto a la vía férrea, no son simultáneos con respecto al tren, y recíprocamente (relatividad de la simultaneidad). Cada cuerpo de referencia (sistema de coordenadas) tiene su tiempo propio; una indicación de tiempo solo tiene significado cuando indica el cuerpo de referencia al que se refiere. (La Relatividad, Editorial Grijalbo SA, México, 1970).
   Inmediatamente, Einstein  aclara que “Antes de la teoría de la relatividad, la física suponía siempre tácitamente que la indicación del tiempo tenía un valor absoluto, es decir que era independiente del estado de movimiento del cuerpo de referencia”. Aun forma parte de la mentalidad de la mayoría de los humanos el creer que una hora es una hora en todas partes. Ahora sabemos que no lo es. Depende de si se encuentra en un cuerpo en movimiento o no. 
   
Finalmente lo más interesante es la comprensión de qué es la materia. Veamos un ejemplo tomando la longitud de un tren: no es la misma si está detenido o si está en movimiento. Para entender esto voy dar mi ejemplo de un tren construido enteramente de algodón. Que a su vez lleva un reloj, también de algodón. A medida que se mueve, al chocar con el aire, el algodón se irá comprimiendo, el tren se contraerá y será más pequeño. Pero ¿qué sucederá si le imprimimos una velocidad extrema? El algodón se irá desintegrando, y no quedará nada del tren. Y ¿qué sucede con el reloj de algodón? Que al comprimirse las agujas se irán moviendo cada vez con mayor lentitud y el tiempo se hará más lento, a mayor velocidad, el tiempo tenderá a cero, hasta que al desintegrarse el reloj, el tiempo para ese tren deja de existir.
   
  Pues esto es lo que sucede con cualquier objeto que llega a la velocidad de la luz. La materia deja de existir y se transforma en energía.
La teoría hace comprender que el universo, o la visión del mismo, que teníamos  en nuestras mentes eran equivocadas y que la realidad es otra. La concepción de un tiempo fijo, continuo y universal dejó paso a un tiempo relativo a la velocidad de la luz. La materia sólida e inalterable, dejó de serlo, pues a velocidades extremas se transforma en energía. Y viceversa,  la energía puede transformarse en materia. A su vez el tiempo puede ser distinto para distintas personas según el plano en el cual se encuentran. Esto se verifica con el ejemplo siguiente:
 Dos mellizos, uno queda en la tierra por varias décadas y otro viaja al espacio exterior a una   velocidad cercana a la luz. A esa velocidad el reloj se ralentiza, y el tiempo se hace más lento. Cuando la nave regresa del exterior y  ambos hermanos se encuentran, descubren que quien quedo en la tierra envejeció más. Parecería que debería ser al revés, quien sufrió el stress y el agotamiento del viaje debería de haber envejecido más, pero la teoría demuestra lo contrario. El tiempo para una nave y sus ocupantes a velocidades elevadas (al contraerse) se hace más lento, mientras que para un sujeto en la tierra sigue al mismo ritmo. Según la distancia recorrida y la velocidad empleada, el individuo que viajó podrá tener unas horas o unos años menos que alguien que quedó en la tierra. O sea viajar ¡rejuvenece!
  
 No deseo continuar con más detalles sobre la teoría de la relatividad, dado que este blog no es presentar problemas de la física, sino de espiritualidad. Pero sí indicar que la teoría de la relatividad no sólo afectó a la física, sino que también afectó a la filosofía, a la ciencia y a la religión, en cuanto a la visión cosmológica del mundo. En momentos en que hay movimientos que quieren imponer una visión única y dogmática de “la verdad”, vemos cuán errados están pues hay verdades relativas, según los planos de referencias. Es interesante que entre la religión y la ciencia, Mahoma dijo que tiene que primar la ciencia. 
  Espiritualmente hace ver que los conceptos científicos absolutos no son tales, y lo mismo se pude decir de la filosofía, y la religión. Einstein fue un hombre religioso, pero en sus propios términos totalmente distintos al de las religiones tradicionales. El sostuvo que:

La más hermosa experiencia que podemos tener es el misterio. Es la emoción fundamental que se yergue en la cuna del arte y la ciencia verdaderos. El conocimiento de la existencia de algo que no podemos penetrar, nuestras percepciones de la razón más profunda y de la belleza más radiante, la cual solamente en sus formas más primitivas son accesibles a nuestra mente—es este conocimiento y esta emoción que constituye la verdadera religiosidad; en este sentido, y en este sentido solamente, yo soy un hombre profundamente religioso (All Men Seek God,  Hallmark Editions, Kansas City, Missouri, 1968). 

   Gracias a la esta teoría tenemos la televisión, los viajes espaciales, el GPS, la energía nuclear, el rayo láser, el microondas, el microchip, etc. Pero fundamentalmente nos brinda otra concepción de la realidad y de aquello que considerábamos la verdad. Nos hizo más humildes y prudentes para no creernos que tenemos “la verdad” para imponer a otros. Nos recuerda lo que dijo Marco Aurelio, que la verdad es una cuestión de perspectiva. Y cada individuo, libre de imposiciones dogmáticas, puede tener la suya.
2015©Pietro Grieco


28 de septiembre de 2015

CELEBRAR UNA VIDA


       Cuando fallece una persona querida no lloramos, celebramos haber compartido parte de nuestra experiencia humana juntos, con gratitud. Para celebrar una vida es suficiente con unos buenos recuerdos y un gran corazón. A lo largo de los años pudieron darse momentos de alegría y tristeza, de abrazos y rechazos, de desencuentros y reencuentros, de éxitos y fracasos, pero todos fueron para crecer, comprender y amar. Los opuestos son para complementarse como la lluvia y el sol, la montaña y la llanura, el río y el mar. No se pueden excluir.

Hace pocos días falleció mi amiga Magdalena Linero. Contaba con 106 años. Hace más de un año que deseaba partir, me lo dijo personalmente. La estructura corporal, el vehículo que le había sido tan útil, había comenzado a tener fallas que limitaban sus movimientos y su relación con los demás. Era preciso hablarle sobre la oreja izquierda con la que podía oír. Sin embargo, su pensamiento era claro y su memoria asombrosa. Recordaba hechos y personas que yo había olvidado hacía tiempo.  
Magdalena me contó, que había estudiado medicina en Santa Fe. Al cuarto año abandonó pues no le convencía. Un día al cruzar una calle fue atropellada por un vehículo que la mandó rodando por el pavimento y golpeando su cabeza reiteradamente. En medio de esas piruetas, me contó, que no tuvo ningún temor. Solo pensó: “Ahora, voy a conocer cómo es del otro lado”. Cuando fueron a auxiliarla pensando que estaría muerta, ella se levantó y les dijo que no se preocuparan. Se fue a su casa por sus propios medios. Sin duda era ¡una cabeza dura! Ya de joven sentía curiosidad por saber cómo es del otro lado de la esquina de la muerte. Deseaba saber qué encuentra una persona cuando dobla esa esquina. Pero tampoco tenía apuro. Le llevó casi ocho décadas terminar de dar la vuelta. En varias oportunidades estuvo a punto de hacerlo, pero alguna obligación o el amor a sus seres queridos la retuvieron. Espero que esté feliz por hallarse en esa dimensión que deseaba conocer, más liviana, más etérea, contenta y completamente sana.  
Cuando decidió que la medicina académica no le convencía fue porque había descubierto otra forma de cura: uno completamente espiritual. O sea sin remedios ni intervenciones quirúrgicas. Pero no era solamente un sistema de cura, era una forma o un sistema de vida sana y elevada que evitaba la ingesta de alcohol, café, o cualquier sustancia nociva para el cuerpo, llamado Ciencia Cristiana. Básicamente consistía seguir aquel concepto de Jesús de que no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. O sea que diariamente se alimentaba con lecturas, oraciones y meditaciones. Este sistema mantiene elevado el sistema inmunológico, el cual actúa como un escudo y las enfermedades no encuentran un acceso débil para dañar a la persona.   
La conocí en la década del 70. En uno de mis viajes de Buenos Aires a Tevelin, Chubut, para visitar la familia Evans. Pasé por El Bolsón, cuando para ir desde Bariloche había que hacerlo recorriendo el Cañadón de la Mosca, que debe su nombre a la infinitud de curvas y contra-curvas en camino de cornisa. Tenía algo de aventura, especialmente si uno se topaba en una curva con un camión y había lugar para un vehículo solo. Era una educación en la materia “paciencia”. Nuestro encuentro produjo una empatía inmediata. Ella tenía esa capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona, entenderla y tratarla como si fuera ella misma. Esa empatía la manifestaba con todas las personas. Su trato era llano y amistoso. Su casa estaba siempre abierta y llena de amigos. Solía recibirnos con un mate en la mano. Era franca y sin ambigüedades. Su tema de conversación principal era la espiritualidad. No obstante, de niña había recorrido la cordillera de Los Andes, acompañando a su padre, quien revisaba mojones limítrofes entre Argentina y Chile. Con esa rica experiencia podía contar infinitud de historias.
Magdalena era una máquina de hacer amigos, incluidos mapuches, extranjeros y de todas las provincias argentinas. Recuerdo que el mayor grupo era el de los cordobeses. También los había de Santa Fe y Buenos Aires. Lo interesante es que hacía amigos y regalaba amigos. De esa forma me hice de buenos amigos en la zona, con los cuales mantuve bellas relaciones por muchas décadas. Con los más íntimos formaba “familia”, los cuales gozaban de un grado mayor de confianza para tratar temas personales, inquietudes espirituales, enfermedades físicas, lecturas bíblicas u otros textos, así como las interpretaciones y aplicaciones de esas enseñanzas. Entre estos allegados estaban Ada y Amílcar Sosa, Marion y Roby, así como la familia Gutiérrez, quienes venían de Santa Fe. Magdalena combinaba su bondad con un carácter firme, de esta forma las personas se situaban correctamente, en su defecto ella lo hacía. 
Era de espíritu inquieto, por ello no siempre residía en El Bolsón. Se mudó a Santa Fe, Mar del Plata, Buenos Aires y creo que una temporada en Bariloche. Pero había algo que siempre la hacía volver al “pueblo” como ella llamaba a El Bolsón. Creo que al final fue “su” lugar en la tierra. El lugar donde pudo sentir paz, gozo, amistad profunda, elevación anímica, alegría y felicidad. 
Para mí llegar a El Bolsón era entrar a una fiesta espiritual, de afectos sinceros y abundantes, aun cuando ella no estaba. Dada mi experiencia podía sincerarse conmigo. Consultarme temas y regañarme si no respondía a sus expectativas. Creo que me valoraba en exceso. A los 104 años me envió un mensaje diciendo que, si volvía a El Bolsón, me esperaría. Hice los planes y fui. Ella cumplió y me esperó, tenía 105 años. El encuentro, pese a las dificultades, fue sereno, armonioso, calmo, hasta gracioso, pues ella se refería a los demás residentes es ese centro, personas de setenta u ochenta años como los “viejitos”. Ella (como muchos otros) nunca se veía como una persona mayor o vieja, pues internamente era siempre joven. El Espíritu no envejece y nosotros, si nos identificamos y somos uno con El Espíritu, tampoco. 
Cuando las personas se acercan a su partida su relación con los amigos y familiares entra en una etapa de claroscuros. Hay cosas para decir, pero no se sabe cómo; temas que se tratan de evitar, y cosas para hacer pero no se sabe cuándo.  Con Magdalena no existían esos temores o pruritos, con ella se podía hablar con claridad y con armonía. Ella deseaba partir. Ascender. Con la partida se presentan diversos dolores, ella sabiamente me pidió que orara para ayudarla a no sufrir. Cuando terminamos de conversar lo que debíamos, ella no estiró la visita, ni yo tampoco. Ambos sabíamos que no nos volveríamos a ver sobre esta tierra. Como buenos amigos nos despedimos. Ella dijo simplemente: “Bueno, chau”, “chau” le respondí. Salimos con Roby, que tuvo la gentileza de acompañarme, muy en paz y contentos. Al poco tiempo de haber viajado para Europa, me hizo llegar un mensaje, a través de Ada, con una sola palabra. “Ultreya” (también “ultreia”) proveniente del latín: “ultra” o sea más allá. Y “eia” mover. (Fue utilizada por los que peregrinan a Santiago, para alentarse y seguir adelante).  Ella se movía hacía el más allá. Le respondí con la misma palabra. O sea, la seguiría acompañando a seguir adelante, al más allá. 
Esto es algo que aprendí de especialistas que ayudan a casos terminales y a los familiares a saber despedirse. Recuerdo que en una oportunidad J. Krisnamurti preguntó que le dirían a una persona que se está muriendo. Casi todos dieron respuestas metafísicas, citas u oraciones. Él cortó todas esas expresiones y dijo, “Díganle que una parte de ustedes va con ella.” La persona necesita saber que no pierde la amistad y el afecto de sus seres queridos. Séneca, el filósofo romano, tan admirado por Montaigne y Bacon, escribió en su pequeño ensayo Asma, que para los médicos de la época, dado que los ataques dan la impresión de ser el último aliento, la llamaban  “el ensayo de la muerte”. Esto hizo meditar al filósofo qué significaba esa experiencia. “¿Qué es esto?”· Antes de nacer era “no tener ser”. Luego de morir será como antes de nacer, o sea “no tener ser”. Por esa práctica afirmó: “No tendré temor cuando llegue la última hora —ya estoy preparado, sin planear más que un día por delante. El hombre, a quien deberíamos admirar e imitar es aquel que encuentra alegría de vivir y que no es desganado a morir.”

En occidente se enseña de todo en los colegios y universidades, pero algo tan importante como la muerte, no solo no se enseña, sino que se evita nombrarla. Una de las grandes estudiosas de este tema,  Elisabeth Kubler-Ross, mencionó cinco estados posibles en el proceso de ponerse de acuerdo con las emociones y el pensar sobre la muerte: negación, enojo, regateo, depresión y finalmente aceptación. Ella recomendaba permitir a la persona experimentar todas esas emocione de dolor, pena o silencio. Lo importante es estar presente como compañía en su ansiedad, temor o dudas. Nunca hay que juzgar, solamente escuchar con atención. La mayoría de las personas solo desean ser comprendidas y si piden que se les diga la verdad, decirla con sensibilidad. ¿Por qué? Porque casi todas ya lo saben. La peor actitud es la de negar y decir que piense “positivamente”, tapando la realidad. Esto deja a la persona sin la oportunidad de compartir sus lágrimas, su pánico o sus pensamientos. 

No es el momento de dar fórmulas, ni de convertir, sino de crear una actitud relajada, de paz que disuelva todas las tensiones.

Algo positivo que se puede hacer es tocar o acariciar su mano para hacerle sentir que es una persona y no un enfermo.

 No hay que preocuparse demasiado pues como alguien dijo: “Todos morimos ¡exitosamente!” 


Para ello hay que alentar a hacer bromas, reírse y gozar cada minuto. 

Uno de los derechos humanos importantes, aunque ignorado es el de morir en paz y dignamente.

 Dado que el futuro espiritual de la persona depende de cómo muere, es un acto de caridad ayudar al bien morir. En el caso de Magdalena Linero, creo que, tanto ella, como sus amigos, colaboramos en su tránsito para que su futuro espiritual fuera luminoso.
Estoy agradecido de haberla conocido y que me haya regalado su amistad, fue una bendición haber compartido momentos de belleza que elevaron y embellecieron mi vida. Este recuerdo es una celebración.







  ¡Gracias Magdalena! Nuestro afecto seguirá contigo. ¡Sigue adelante con tu luz vital!  
 

 Pietro Grieco © 2015
 
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23 de agosto de 2015

HO’OPONOPONO CURACION Y RESURRECCIÓN KAHUNA


Agradecimiento

Gracias por los comentarios, observaciones y sugerencias. Es una alegría saber que alguien ha descubierto algo nuevo. Hoy agradezco la contribución de Dawn, de California, quien contó que en un viaje reciente a Hawaii, oyó la historia de los kahunas y los lugares de refugio, para los trasgresores. Antiguamente había muchos lugares de refugio. Actualmente queda uno solo en el Puʻuhonu, o Hōnaunau National Historical Park en la costa oeste de la isla de Hawaii. Hasta principios del siglo XIX, la persona que había violado un kapu (ley antigua) podía evitar la muerte residiendo en dicho lugar.
Recordemos que la Biblia Hebrea (Antiguo Testamento) habla de las ciudades de refugio. Véase: Éxodo 21: 12-14; Números 36: 6; Deuteronomio 19: 1-13, etc. En dichas ciudades podía ir a refugiarse cualquiera que hubiera matado a alguien. Si los ancianos de la ciudad o el sumo sacerdote juzgaban que el la muerte provocada fue accidental, la persona podía residir allí. Si, en cambio, se determinaba que el crimen era premeditado, entonces se devolvía la persona a su lugar de origen para ser ejecutada.

EL SISTEMA SANADOR DE LOS KAHUNAS

Cada cultura desarrolló su sistema de creencias para enfrentar los problemas existenciales: nacimiento, crecimiento, adultez, decadencia, enfermedad y muerte. Las sociedades primitivas culparon a los demonios o malos espíritus el origen de las enfermedades. Para combatirlos apareció la magia, los encantamientos, rituales, los cánticos, las danzas, etc. Con el paso del tiempo fueron elaborando otras teorías. Los chinos vieron a la enfermedad como desequilibrio entre las fuerzas del Yin y el Yang, y los cinco elementos. En la India, los ayurvedas consideraron que era el resultado de una desproporción entre vata, pitta y kapha. La trilogía de dosha, o los humores corporales. Los antiguos judíos atribuyeron las enfermedades a la ira o enojo de Dios. Los griegos consideraron que la enfermedad era causada por la desarmonía de la flema, la bilis negra, la bilis amarilla y la sangre. El sistema médico tibetano partía de una concepción cosmológica y psico-fisiológica  de la realidad. El origen de la enfermedad era el ego, el karma y a vidas anteriores.

También los kahunas de la Polinesia, basados en su propia cultura, desarrollaron su sistema fueron sanadores. Ellos creían que el ser humano poseía tres espíritus. Cada uno poseía su propia energía. La cual se manifestaba en tres niveles: mana, (espíritu subconsciente); la mana-mana, utilizada por el espíritu consciente; y, la mana-loa o de alto voltaje, utilizada solamente por espíritus súper-conscientes. Finalmente cada persona poseía tres cuerpos de sombra, o etéreos.

Max Freedom Long en The Secret Science Behind Miracles, expone el sistema terapéutico mediante casos con nombre y apellido. Veamos el más simple: la cura espontánea de una quebradura de huesos. En una ocasión J. A. K. Combs, un estudioso de las actividades de los kahunas, amigo de Long, le contó que fue a una fiesta en la playa. Al llegar una de las personas se cayó y escuchó la quebradura de un hueso. Al inspeccionar la herida sobre el tobillo de la pierna izquierda, se veía la fuerza de los huesos quebrados, presionando la piel. Conociendo la gravedad del caso aconsejó llevar a la persona a Honolulu para ser tratada. Pero en esos momentos llegó una anciana kahuna que se hizo cargo de la situación. Se arrodilló al lado del herido, enderezó el pie y la pierna, presionó sobre el lugar donde los extremos de los huesos presionaban la piel. Entonces comenzó a cantar en tono bajo una oración de cura. Después se mantuvo es silencio. Aquellos que, tensamente, estuvieron observando, no pudieron ver nada hasta que de pronto, ella movió sus manos sobre la pierna del accidentado, y  dijo quedamente en idioma hawaiano: “La cura ha concluido. Párate. Tú puedes caminar.”

El accidentado, se paró sobre sus pies, dio un paso, luego otro. La cura había sido completa y perfecta. La pierna no mostraba signo alguno  de estar quebrada.

El comentario de Long es el siguiente:
La explicación kahuna de la cura instantánea involucra 1) un Ser Superior con formas de mentalidad y habilidad superiores para realizar el trabajo. 2) El alto voltaje de fuerza vital o mana, natural a todos los Seres Superiores para los trabajos milagrosos. Y 3) Los tejidos: carne, huesos y sangres, del miembro herido (como el caso mencionado), y 4) el aka o la parte etérea del paciente, específicamente la sección quebrada de la pierna.
Los kahunas creían  que el cuerpo de sombra (o metafísico) del ser inferior es un molde de cada célula del cuerpo, como también de su forma general. Para curar un hueso quebrado, el Ser Superior disolvía el hueso y los otros tejidos dañados en ectoplasma, este proceso normalmente no se veía. Dado que el molde de sombra era de una sustancia invisible, la misma no podía ser quebrada o lastimada. Por lo tanto el molde de la pierna normal estaba a mano, el material de ectoplasma de las partes disueltas eran re-solidificadas en el molde. De esta manera resultaba una cura instantánea y el miembro restaurado a la condición previa.
Esta explicación es igual para todas las curas en las que prevalecen condiciones anormales o deformes, de otra manera la enfermedad prevalecía. Si era un cáncer, se lo cambiaba en ectoplasma para llenar el molde de la parte del cuerpo, y luego transformado en tejido normal, como era antes de que el cáncer se desarrollara.
Mientras que la explicación de los kahunas es simple en términos generales, debe ser notado que existen ciertas condiciones que deben cumplirse antes de que la cura sea concedida. No tener complejos de culpa, dudas, o convicciones de pecado que no se hayan eliminado, y aquello que se ha llamado “fe” en una condición de libertad de cualquier manía o complejo limitativo.  (The Secret Science  Behind Miracles, ps.193/4)

Max Freedom Long reconoce que las pruebas científicas de cómo realizaban la cura eran difíciles, dado que un observador no veía nada.  Él recurre a investigaciones de la psicología, para explicar los procesos de “desmaterialización” y “materialización”. Hoy se habla de la posibilidad de teletransportación, como manera futura de viajar. Por ahora sigue siendo ciencia ficción. Pero como era ciencia ficción viajar a la luna, también puede ser que con el tiempo lo imposible se haga posible. El libro de Long aporta muchos casos concretos de cura, incluido la resurrección de los muertos.

Conclusión

He dado una síntesis limitada. Los hechos admiten interpretaciones diversas, de acuerdo al modelo y las creencias del investigador. Long reconoce que su interpretación de acuerdo con la psicología era pobre, dado que a principios del siglo veinte la misma se encontraba en su infancia. El sistema terapéutico de los kahunas era de uso diario, mientras la oración de la muerte era circunstancial. Es notable que, sin el conocimiento científico, hablaran de niveles de energía del cuerpo humano.
Existen dos aspectos que considero digno de atención. El primero que tuvieran una concepción del ser humano con tres cuerpos, uno de los cuales, el cuerpo-sombra era teóricamente perfecto (semeja a la teoría de la ideas de Platón, quien también consideraba que el alma humana se dividía en tres). Esas ideas  (sustancia o cuerpos metafísicos) no podían ser dañadas o enfermadas. Contenían el molde de cada célula, con la forma general del cuerpo, lo que permitía la regeneración de la parte deteriorada o enferma. Digamos que basar la cura en una concepción metafísica o teórica de perfección espiritual resultaba muy avanzada.
El segundo aspecto interesante es el de thread  (hebra) o hilo de plata que une los espíritus del ser subconsciente y el consciente con el cuerpo físico, sin importar la distancia. Mientras esta conexión existía no había muerte real,  ni el cuerpo podía descomponerse. La muerte se producía cuando se cortaba dicha hebra o hilo de unión. Ello permitía resucitar a la persona muerta, pues la unión invisible continuaba. Este aspecto lo considero importante pues puede explicar mejor los fenómenos de OBE (Experiencias fuera del cuerpo), como también las llamadas Experiencias cercanas a la muerte (NDE). El alma de la persona durante un accidente o una cirugía, puede salir del cuerpo y ver lo que sucede, comenzar el viaje en el túnel hasta llegar a un campo de luz. Podrá volver mientras conserve la unión del ser espiritual con su cuerpo físico.
He expuesto este tema con prudencia, “Huna” significa secreto, y “kahuna” la persona que guarda el secreto. No podemos pretender que sabemos todo sobre un sistema que era secreto. Algunos textos que circulan son edulcorados y fantasiosos, no ofrecen ninguna prueba verificable. Me he mantenido dentro de lo expuesto con “cierto” rigor. En los textos serios se encuentra a menudo la expresión “it seems”, o sea “ello parece”, pero parecer no es que lo sea. ¿Poseemos tres almas? ¿Existe la cuerda que une el alma con el cuerpo? Parece posible, pero hay que verificarlo.

Si de algo estoy seguro, pues lo he experimentado, es la gracia y la dulzura de la cultura de Hawaii, sus cantos, sus danzas, su música es la suma de la armonía. ¿En qué lugar del mundo te reciben con Aloha (que significa paz, afecto, compasión, misericordia y alegría) y un collar de flores? Por ello podemos aplicar su oración para armonizar las relaciones en nuestra sociedad cada vez más compleja: “Lo siento, pido perdón, los amo y gracias”.
Así que: Lo siento si ofendí o dañé a alguien, pido perdón por mis faltas, los amo a todos incluso a los que me agredieron o intentaron ofender, y gracias a todos, pues somos necesarios unos a los otros para un fin incluso fuera de nuestra comprensión. ¡Aloha!

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Componentes del sistema de creencias kahuna

  1. Tres espíritus independientes:
A.    El subconsciente, o ser inferior (unihipili) posee su propio espíritu independiente, que recuerda pero sin la capacidad de razonar. O sea, sería la capacidad de memoria pero con poco uso de la razón.
B.       El consciente, el espíritu del medio, (uhane) o el yo central, no tiene capacidad de memoria pero posee la capacidad de razonar.
C.       El súper-consciente (Aumakua) super- yo, o supra-consciente posee la capacidad de conocer mediante el proceso de “realización”. Conoce el pasado, el presente y también el futuro. El significado de Aumakua es más amplio e incluye el de anciano, Padre, el espíritu más perfecto y confiable, el ser superior.
  1. Tres fuerzas o energías que corresponden a cada espíritu
A.       Mana o fuerza vital inferior (nivel subconsciente).
B.       Mana-mana  voltaje o fuerza vital mediana (nivel consciente).
C.       Mana-loa, o fuerza de alto voltaje (supraconsciente).
  1. Tres cuerpos independientes de sombras, metafísicos o etéreos,                                                                                                                      que no pueden enfermar o ser dañados.
A.       El inferior o aka de la persona
B.       El aka o cuerpo medio

C.       El aka superior, o cuerpo metafísico del Ser Superior 

©Pietro Grieco

5 de julio de 2015

HO' OPONOPONO Y LA ORACIÓN DE LA MUERTE



Dentro de la cultura espiritual de la Polinesia el Ho’oponopono ha sido el concepto más conocido. mientras que La oración de la muerte, ha sido el secreto mejor guardado. El Ho’oponopono es un procedimiento para armonizar las relaciones entre personas. Consiste en perdonar, desprenderse de la discordia, pedir perdón, y seguir adelante. Las personas aprender a decir: “Te amo, lo lamento, por favor perdóname”. Estos conceptos repetidos como un mantra producen una acción purificadora en las relaciones sociales, que se refleja como actitudes afables en la vida diaria. Los que visitan las islas de Hawaii pueden apreciarlo en su música, en sus danzas y en el mismo saludo “Aloha”, que es un Amén a todo lo bueno y gozoso de la vida. 

Deseo aclarar de entrada que la oración de la muerte, desarrollada en Polinesia, no tiene nada que ver con el vudú, la magia negra, el satanismo u otras prácticas para dañar o atemorizar a personas. 

Por ejemplo, el vudú es una religión afroamericana (mezcla animismo con el cristianismo), formada en Haití, que posee variaciones en centro y sud-américa). Esta creencia, mediante la representación de personas (sea en imágenes o de objetos —muñecos o fetiches—) a los que se les clava alfileres, considera que lo que se le hace al fetiche, martirizará también a la persona representada. La oración de la muerte no tiene relación alguna con estos procedimientos. 


La oración ha sido el procedimiento utilizado por millones de seres humanos religiosos o no, con diversas diferencias en agnósticos y ateos, para obtener mentalmente ciertos resultados positivos. En la mayoría de las religiones conocidas desear hacer daño o la muerte de otro ser humano, ya es un pecado en sí mismo. Por ello desear hacer daño mediante intencionalidad mental ha formado parte de la magia y no de la religión. Veamos cómo funciona la oración en la tradición kahuna.

La llamada “oración de la muerte” de los kahunas en Hawaii y el resto de la Polinesia forma parte de la cultura y tiene una función muy particular. El conocimiento de esta práctica en occidente, se debe a las investigaciones a principios del siglo XX, que el psicólogo Max Freedom Long, hizo conocer mediante su libro: “The Secret Science Behind Miracles: Unveiling the Huna tradition of the Ancient Polynesians” (Para consulta utilicé la edición número 17 de l988, De Vorss & Company, Marina del Rey, CA.)  Uno de los aspectos más interesantes de esta cultura es considerar que cada individuo posee dos almas y no una.  Freedom Long comenta como los primeros religiosos europeos —llegados a la Polinesia— calificaron a esta creencia de los nativos, de ignorante herejía. Pero la psicología, que trata de entender sin discriminar, utiliza un lenguaje distinto para comprender y decir lo mismo: los individuos poseen dos estados mentales: un estado subconsciente y otro estado consciente. 
En esta oración se moviliza la fuerza vital y el procedimiento puede ser muy complejo. Pues el Kahuna (una especie de Chaman), para poder realizar esta oración debe de haber recibido la instrucción y todo el conocimiento de un antepasado Kahuna. Con esto se evita y elimina a personas no preparadas, para utilizar este procedimiento. La parte o espíritu subconsciente es llamada unihipili y el espíritu consciente es llamado uhane. Una característica es que ambos espíritus tienen sus habilidades mentales particulares. La parte subconsciente o unihipili, con capacidad de memoria puede recordar, pero con capacidad muy limitada de pensar. En cambio el alma uhane, puede pensar pero no puede recordar ciertas ideas, después de haberlas utilizado desaparecen de su foco de atención. Por ello las “dos almas” dependen una de la otra.
Veamos cómo funciona. Aquí reproduzco lo que dice Freedom Long: “
El subconsciente acepta y reacciona a la sugestión hipnótica — o tratamiento mesmérico—. El espíritu consciente no puede ser hipnotizado. Bajo la influencia de la sugestión, el subconsciente, siendo ilógico en gran medida, aceptará y reaccionará incluso a las más absurdas sugestiones. En las actuaciones teatrales basadas en demostraciones hipnóticas, a las personas se les puede hacer creer los hechos más absurdos acerca de ellas mismas, y eso divierte a la audiencia (82). 
Lo que intenta hacer el Kahuna es ordenar a uno, o varios espíritus, a introducirse en el cuerpo de la víctima para quien se  realiza la “oración de la muerte”.  Lo que hacen estos espíritus, una vez introducidos en el cuerpo ajeno es tomar la fuerza vital. Esto es lo que sigue.
Cuando las fuerzas vitales de la víctima son extraídas de los pies, una especie de adormecimiento se apodera de ellos. Ese adormecimiento crece gradualmente en un período de tres días para llegar a las rodillas, y finalmente al plexo solar o al corazón, momento en que la víctima muere (86).
Esto que parece increíble, Max Freedom Long detalla que durante varios años  que estuvo en Honolulu, lo verificó con médicos del Queen’s Hospital. No pasaba un año sin que por lo menos un desafortunado muriera por la oración de la muerte.  Pese a todos los esfuerzos realizados por los médicos, quienes podían reconocer los síntomas pero no la cura. La sugestión hipnótica era muy potente. 

¿Cómo es que operaba la sugestión? Pues a través de la culpa de la víctima. Nunca se utilizaba la oración de muerte, sea en forma directa o por pedido de una tercera persona, para atacar a alguien inocente, pues podía tener consecuencias catastróficas para quien lo intentara. Veamos:
La muerte de una persona mediante la magia pensada por los kahunas dependía de si la víctima tuviera o no un profundo sentido de culpa, provocado por los daños realizados a otros. Tal sentido de culpa (o complejo) hacía el ataque a un unihipili o espíritu subconsciente exitoso (96/97).

Debemos aclarar que los kahunas también eran sanadores, y utilizaban el mismo conocimiento sobre los dos espíritus humanos mencionados y un tercero o súper espíritu, que ayudaba a los otros dos. Digamos que la fuerza vital poseía tres niveles: mana, o de bajo voltaje, utilizada para el espíritu subconsciente; la mana-mana utilizada para el espíritu consciente, como “voluntad” o fuerza hipnótica. Y finalmente la mana-loa o de alto voltaje o energía fortísima, que era utilizada solamente por espíritus súper-conscientes, asociado a los otros dos.  Investigaciones actuales, con sensores colocados sobre la cabeza, reconocen la fuerza de impulsos eléctricos del cerebro. Freedom Long llama a la tercera fuerza, la súper poderosa, como una fuerza que actúa como un ángel de la guardia.
De los casos mencionados en el texto de Freedom Long, queda claro que las víctimas eran y admitían su culpabilidad. El gran secreto de los kahunas era su conocimiento de la culpa. La salvación era posible si, inmediatamente, dejaban de cometer su maldad y  en caso de ser extranjeros (si habían abusado de una joven o cometido un robo) se iban de las islas.
El médico e investigador Larry Dossey (Healing Words: The power of prayer and the practice of medicine, Harper San Francisco,  p. 153 / 4) sostiene que los kahunas son los “Guardadores del secreto” y,  la oración de la muerte tenía una función redentora de gran valor social. Considera a los kahunas psicólogos pre-científicos. 
                              
                         Reproduce a Freedom Long:
Los Kahunas enseñaban… a la gente vivir sin dañar a otros. Aquellos que voluntariamente dañaban a otros eran considerados merecedores de la muerte, y frecuentemente castigados con la oración de la muerte. Fue el medio a través del cual se desarrolló en la Polinesia la gente más amigable de todo el mundo. Todos los primeros exploradores se maravillaban ante esta cualidad y la mencionaban en todos sus escritos sin excepción (154). 


Como vemos la llamada oración de la muerte fue parte del desarrollo de sociedades isleñas en el Pacífico, para controlar y en casos extremos eliminar las personas que cometían  malas acciones, o sea era parte del sistema de justicia natural. Todo sistema viviente se defiende de elementos agresivos y trata de eliminarlos. Mientras que con el Ho’oponopono  era el mecanismo para producir una constante armonización y, con ello, suavizaban las relaciones humanas y animales en esas comunidades, con la oración de la muerte expulsaban del cuerpo social los elementos dañinos no dispuestos a salvarse. El procedimiento no era agresivo pues mediante una parálisis progresiva producían la muerte del individuo.
Esto puede parecer extraño para la cultura occidental, pero era positivo para la comunidad en conjunto, pues la mantenía saludable.


Los admiradores de los kahunas llegan a sostener que el conocimiento profundo de su sistema podría cambiar al mundo.
 Mantener un contexto espiritual saludable, moral y éticamente responsable produjo una civilización que, los que han visitado las islas consideran que es lo más próximo al cielo o al paraíso en la tierra.

©2015 Pietro Grieco

2 de junio de 2015

¿LA ORACIÓN TIENE VALOR CIENTÍFICO ?


El avance científico permitió curar muchas enfermedades endémicas, no obstante aún no existe la píldora mágica que cure todo. Basta leer el prospecto de cualquier remedio y enterarse de los efectos negativos en infinidad de casos. La medicina sigue siendo un arte de uso delicado. La búsqueda de aquello que puede curar o aliviar a los enfermos está en permanente investigación.
 

 

Uno de ellos de uso milenario es la oración, que mereció centenares de estudios para determinar su efectividad o no.


Uno de los estudios más conocidos fue realizado por el cardiólogo Randolph Byrd, en la unidad coronaria del Hospital General de San Francisco, durante un período de diez meses, con 393 pacientes. Dicho grupo se dividió en dos: 192 pacientes para los cuales  se oraría, y otro Grupo de Control de 201 pacientes sin someterlos a oraciones. El estudio fue realizado de acuerdo con los rígidos criterios utilizados en estudios clínicos en medicina. Se utilizaron varios grupos de oración, a los que se les suministró el primer nombre de cada paciente y la condición que padecía. En el experimento no se informó a médicos, ni enfermeros,  sobre qué pacientes pertenecían a uno grupo o al otro.
Resultado entre los pacientes para quienes se oró, y el grupo de control:
1.    Requirieron cinco veces menos antibióticos.
2.    Desarrollaron tres veces menos edema pulmonar.
3.    Ninguno de ellos requirió una intubación traqueal (ventilación a través de la tráquea para poder respirar).
4.    Murieron menos pacientes.
Al conocerse los resultados a través de casi todas las agencias noticiosas, generaron una gran sensación en el mundo médico. Por su parte los creyentes pensaron que finalmente había quedado demostrado lo que habían practicado por siglos. No fue así.
 

Pronto comenzaron a aparecer críticas severas. Pese a que en los grupos de oración había gente de iglesias protestantes, como de la católica, la mayoría de los seleccionados eran “Born-again” o que habían tenido un nuevo nacimiento en el cristianismo. La crítica fue que el Dr. Byrd tenía un interés oculto en tratar de demonstrar la superioridad de su religión personal. Otro aspecto fue que no hubo control para determinar si la oración  había tenido lugar o no.  
No se dieron instrucciones específicas a los grupos de oración de cómo orar, excepto que debían hacerlo diariamente para la rápida recuperación, prevención de complicaciones y evitar la muerte.
Esto viene a cuento pues los investigadores de la organización Spindrift descubrieron que la oración no direccionada, en la que no se especifica una meta o resultado  (sino con la actitud de “Hágase Tu voluntad…”) era entre dos a cuatro veces más efectiva, que el de un método directo. 

Otros dijeron que las oraciones, para ser efectivas, deberían ser adaptadas a las condiciones personales de cada paciente. Tampoco se determinó la capacidad de cada persona que oraba. Dar el primer nombre fue considerado por algunos una violación del rigor científico, debería en cambio haberse asignado números o letras. También estuvo la objeción teológica: ¿Puede Dios curar al grupo por el cual se ora y olvidarse del grupo de control por el cual no se oró? Dentro del grupo por el cual se oró, el hecho de darse un porcentaje no beneficiado por el poder de la oración ¿no indica que Dios no es completamente efectivo? Por otro lado, no se supo si el grupo de control no tuvo familiares, amigos, o ellos mismos que oraran o no.

En conclusión, el Estudio del Dr. Byrd mereció objeciones de todo tipo, pero también felicitaciones y apoyos por el coraje de realizar semejante experimento, en un ámbito que fue habitualmente reacio. Sus resultados, excepto las intubaciones y ventilación mecánica, no fueron relevantes. En el caso de muertes hubo tan solo cuatro personas menos. En grandes números esto es correcto, pero para la persona que sobrevivió y vive, el resultado fue del ciento por ciento, o sea sumamente relevante. Finalmente el último cuestionamiento es de tipo ético, para quienes creen en las bondades de la oración, orar para un grupo y no para otro, ¿es correcto o moralmente objetable?
Otros estudios científicos demostraron los efectos de la oración en ratones, pollitos, encimas, hongos, bacterias, células, etc. procedimiento utilizado con éxito fue la oración con el uso de imágenes. (Si una persona tiene una inflamación en una rodilla, se ora usando la imagen de una rodilla perfecta o una imagen de la inflamación que va disminuyendo). Esto incluso funcionó para la oración a distancia.  

Investigaciones sobre la relación entre las emociones y el pensamiento con la parte neurológica, demostraron su influencia sobre el sistema inmunológico. Basados en estos descubrimientos se acepta que el pensamiento puede convertirse en biología. Por lo tanto cualquier influencia sea real o imaginaria que transforme el pensamiento en biología, puede cambiar el sistema inmunológico. Semeja al efecto placebo. O sea, un remedio inocuo, que el paciente crea que le curará, al aceptarlo movilizará todas las energías sanadoras logrando dicho efecto. Con la oración, algunos sostienen que sucede exactamente eso. El solo hecho de que alguien sepa que ella misma, u otra persona ora para su bienestar, moviliza energías sanadoras.
También aparecieron otros cuestionamientos. Supongamos que dos grupos en pugna, oran como antiguamente para que algún dios les de la victoria, o destruya al enemigo. Hecho común a través de la historia. O, el caso bien conocido, en países como India o China en los cuales se ora muchísimo para que el hijo sea varón. Si fuera por el tiempo dedicado a orar para ese resultado, la población masculina debería ser notoriamente superior a los países en los cuales no se ora. Pues bien en la India hay 106 varones por cada 100 mujeres, lo mismo que en Inglaterra, como otros países. En este sentido es aplicable lo que dijo en una oportunidad C.S. Lewis: “Si Dios me hubiera concedido todas mis tontas oraciones realizadas en mi vida, ¿dónde estaría ahora?”                     
Considero que el estudio del Dr. Byrd, como otros, se refiere a la oración intercesora, por la cual un sujeto ora para ayudar a un tercero. No se refiere a la oración personal para uno mismo. En este caso la oración es un artefacto, un pequeño programa, que cada individuo pone en actividad cuando es necesario y funciona en forma automática semejante a un freno o un acelerador. Esto es subjetivo, no hace a los resultados sino a una forma de ser. En este campo la oración tiene un valor único, no controlable pero, al mismo tiempo, invalorable. Veamos un ejemplo. Un paciente está muriendo de cáncer. El médico Larry Dossey, le preguntó: “¿Para qué ora usted?” Respuesta: “Yo no oro para nada especial. ¿Cómo podrías saber qué pedir?”
Esta respuesta fue para el médico sorprendente. Pues, pensó, que este hombre podría tener algo para pedir. Por lo tanto forzó una respuesta: “Si la oración no es para pedir, ¿entonces para qué es?”. Con calma, el hombre dijo: “No es por algo. Me recuerda que yo no estoy solo”. Esto fue lo que J. Chrishnamurti recomendó a un grupo de seguidores, a los que les había preguntado, que dirían a una persona que se está muriendo. Luego de escuchar sus opiniones de consuelo y compasión, los cortó y les dijo que le digan que vaya donde vaya, una parte de su ser irá con ella. Esa persona no estará sola. La oración es una afirmación ante el Universo de que seremos inmortales pues no estaremos solos. 


La conclusión provisoria es que todos los experimentos usando la mente, para influir en el resultado de algo, no es oración. Será proyección mental, será intencionalidad psíquica, será psicología positiva, o lo que fuera, pero no es oración. Pues la oración, básicamente, es la elevación del ser a un nivel superior o a un Ente superior que muchos llaman Dios, para que se cumpla “Su voluntad”. 

   La oración no puede cambiar al Ser Que Es, al Tao, al Espíritu, pero puede ponernos en sintonía con esa Fuerza. 

Estar en armonía con el Poder Irresistible de la Armonía Universal no es poca cosa, pues en mi modesta experiencia ese poder armonizará nuestro ser. Este enfoque no requiere proyectar imágenes a otros sujetos, requiere un discernimiento de la verdad en el mismo lugar donde estamos, en vez de correr para hacer, tenemos que estar y ser. La respuesta al título de este tema, para vivir en calma y sin estrés, sería que es prudente no vivir con píldoras y oraciones, sino vivir en oración. Esta forma pura y simple, no requiere curarse de nada, las personas no se enfermarán de nada y podrán mantener una salud constante.

· 


      La información científica para este texto proviene de Healing Words (The Power of Prayer and the Practice of Medicine) por el investigador Larry Dossey, M.D. publicado por Harper Collins.
·        En el próximo blog trataré sobre la oración oscura o de la muerte.


© 2015 Pietro Grieco

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